Procedimiento de limpieza y desinfección en un laboratorio

Un correcto procedimiento de limpieza y desinfección en un laboratorio es esencial para que puedas garantizar la seguridad de tu equipo, mantener la precisión de tus resultados y cumplir con las exigencias de calidad que tu industria requiere.
Seguramente ya has experimentado la preocupación que genera:
- No estar completamente seguro de si tu laboratorio está libre de riesgos o contaminaciones que podrían afectar tus procesos y productos.
- Dudas al seleccionar los productos y métodos adecuados para mantener la higiene en tu espacio de trabajo.
Si es así, no te preocupes. En este artículo te daremos respuestas claras y prácticas, para ayudarte a resolver esos desafíos y que tu laboratorio esté siempre protegido y funcionando de forma eficiente.
Diferencias entre limpieza, desinfección y esterilización en un laboratorio
Para aplicar correctamente un procedimiento de limpieza y desinfección en un laboratorio es fundamental entender primero la diferencia entre limpieza, desinfección y esterilización. Tres conceptos que suelen confundirse con frecuencia, pero que tienen objetivos diferentes y específicos.
La limpieza implica eliminar físicamente la suciedad visible como polvo, residuos químicos o restos biológicos de las superficies, reduciendo así la cantidad de microorganismos presentes. Este paso es imprescindible para asegurar que la desinfección posterior sea efectiva, ya que una superficie que no se limpia adecuadamente puede reducir hasta en un 50% la eficacia del desinfectante aplicado posteriormente.
Por su parte, la desinfección tiene como objetivo eliminar o reducir significativamente la carga microbiana de superficies y equipos mediante el uso de soluciones para desinfectar laboratorios que poseen una acción química o física específica contra bacterias, virus y hongos. Aunque es altamente eficaz, la desinfección no garantiza la eliminación completa de todas las formas de vida, especialmente esporas bacterianas o microorganismos más resistentes, algo que sí logra la esterilización.
Este último es el proceso más riguroso, puesto que la esterilización elimina el 100% de los microorganismos presentes, incluyendo esporas. Y se trata de un paso obligatorio, especialmente en zonas críticas como laboratorios farmacéuticos o áreas de investigación biológica avanzada.
Procedimiento de limpieza y desinfección del laboratorio
En el proceso de limpieza y desinfección de un laboratorio es importante reconocer que no todas las áreas tienen el mismo riesgo. Cada zona requiere tratamientos diferentes dependiendo del nivel de contacto con sustancias críticas o potencialmente peligrosas. Generalmente, los laboratorios dividen sus espacios en tres categorías: zonas críticas, semicríticas y de bajo riesgo.
Las zonas críticas incluyen áreas en contacto directo con productos sensibles, muestras biológicas o materiales estériles, como áreas de preparación farmacéutica. Las semicríticas abarcan espacios con menor contacto directo, pero aún requieren controles estrictos, mientras que las de bajo riesgo suelen ser oficinas o pasillos con menor exposición a contaminación directa.
Zonas y materiales de alto contacto
Las áreas y materiales de alto contacto, como mesadas de trabajo, griferías, interruptores, teclados y equipos analíticos, suelen acumular una alta concentración de microorganismos. Según diversos estudios, estos puntos críticos pueden contener hasta 10, 30 y 50 veces más bacterias que otras zonas menos manipuladas.
Por ello, es imprescindible aplicar soluciones para desinfectar laboratorios a diario, empleando productos desinfectantes aprobados como OXIBAC® SILVER o PEROXIGEN® – ACTIVO; y métodos específicos que reduzcan significativamente la carga microbiana, minimizando así riesgos potenciales de contaminación cruzada.
Limpieza del suelo
Aunque el suelo pueda parecer una zona menos crítica, es un área donde fácilmente se acumulan polvo, residuos químicos y microorganismos procedentes de zapatos o derrames.
Por eso es importante realizar diariamente una limpieza completa del suelo del laboratorio, primero eliminando residuos sólidos mediante barrido húmedo o aspirado con filtro HEPA, y luego usando productos específicos que garanticen una correcta desinfección química. Esto reduce la presencia de contaminantes que podrían redistribuirse por el aire o superficies de trabajo.
Paredes y techos
Las paredes y techos son áreas que suelen olvidarse con frecuencia, pero pueden convertirse en un depósito silencioso de contaminación ambiental. Debido a su contacto indirecto con agentes patógenos, es suficiente limpiarlas periódicamente utilizando productos desinfectantes eficaces contra virus, hongos y bacterias.
Además, es importante inspeccionarlas regularmente para identificar manchas o humedades, ya que según la experiencia, estas pueden facilitar el crecimiento de hongos que afectan directamente la calidad del ambiente y resultados de laboratorio.
Gestión de residuos generados durante la limpieza
Los residuos generados durante la limpieza del laboratorio incluyen desde material de protección personal contaminado hasta soluciones químicas peligrosas. Una gestión inadecuada de los mismos incrementa significativamente los riesgos ambientales, sanitarios y legales para tu empresa.
Para evitarlo, se recomienda contar con un protocolo claro para la clasificación, almacenamiento temporal y disposición final de estos materiales según la normativa vigente.
Limpiar siempre, antes de desinfectar
no se puede desinfectar lo que no está limpio. Por eso, la limpieza es el primer paso indispensable en cualquier protocolo higiénico.
Tipos de limpieza:
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Física: Se encarga de remover la suciedad visible a simple vista.
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Química: Elimina restos invisibles, como residuos orgánicos o minerales.
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Bacteriológica: Se consigue aplicando desinfectantes que actúan contra microorganismos.
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Esterilizante: Su objetivo es eliminar absolutamente todos los microorganismos, incluyendo esporas.
¿Qué entendemos por lavar?
Lavar es retirar los residuos acumulados en superficies críticas como equipos de proceso, zonas de manipulación, laboratorios o quirófanos. La metodología varía según los materiales tratados y los riesgos asociados.
Distintos enfoques según el entorno:
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En hospitales: La limpieza suele ser manual, con el uso de cepillos y soluciones detergentes. Además, implica el desmontaje de equipos para acceder a todas las superficies.
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En la industria: Aunque algunas tareas siguen siendo manuales, predominan los sistemas CIP (Cleaning in Place), que permiten limpiar sin desmontar. Son más eficientes y consistentes en la preparación para la desinfección.
¿Cómo funcionan los sistemas CIP?
Operan por etapas, utilizando productos alcalinos y ácidos con funciones específicas:
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Saponificación: elimina grasas.
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Hidrólisis: descompone proteínas.
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Solubilización: disuelve sales y depósitos inorgánicos.
Factores que definen la eficacia de una limpieza química:
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Concentración del detergente
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Temperatura del proceso
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Duración del ciclo de limpieza
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Acción mecánica, ya sea por cepillos manuales o por flujo turbulento en sistemas automatizados.
Las soluciones para la limpieza y desinfección de laboratorios
Un procedimiento de limpieza y desinfección en un laboratorio requiere soluciones especializadas que garanticen la eliminación eficaz de residuos y microorganismos sin comprometer la seguridad del personal ni la integridad de los equipos.
En primer lugar, es preciso identificar las vías de infecciones de laboratorio y cómo se pueden producir otros peligros similares en este tipo de espacios. Luego, deberás tener otros elementos claves a en cuenta como:
Productos de limpieza
Los productos de limpieza en laboratorios están diseñados para eliminar restos de sustancias químicas, polvo y otros residuos que pueden comprometer la calidad de los análisis. Para superficies generales, se emplean detergentes neutros o enzimáticos que facilitan la remoción de materia orgánica sin dejar residuos que puedan interferir con las pruebas de laboratorio. En equipos de precisión, se recomienda el uso de soluciones sin partículas abrasivas que puedan dañar los instrumentos.
Productos de desinfección
Los desinfectantes en el laboratorio deben seleccionarse en función del tipo de microorganismos que se desean eliminar. Los desinfectantes más efectivos en entornos de laboratorio incluyen hipoclorito de sodio, peróxido de hidrógeno y compuestos de amonio cuaternario, cada uno con distintas aplicaciones según la superficie y el nivel de riesgo biológico.
Uno de los desinfectantes de rápida acción recomendados para laboratorios es el mencionado , una solución a base de peróxido de hidrógeno que permite la eliminación eficaz de microorganismos en superficies y equipos.
Para el uso de estos productos, es preciso seguir las recomendaciones del fabricante en cuanto a dilución y tiempo de contacto con el fin de garantizar su efectividad sin dañar los materiales con los que entran en contacto.
Equipos de protección del personal
El personal que realiza la limpieza y desinfección de laboratorios está expuesto a productos químicos y agentes patógenos, por lo que debe contar con equipos de protección adecuados. Esto incluye guantes resistentes a productos químicos, gafas de seguridad, mascarillas o respiradores en caso de manipulación de sustancias volátiles y ropa de protección impermeable.
Control y auditoría del protocolo de limpieza y desinfección
Un procedimiento de limpieza y desinfección en un laboratorio solo es efectivo si se implementa de manera rigurosa y se supervisa constantemente. Para garantizar que se cumpla con los estándares de seguridad y calidad, es necesario establecer controles periódicos y auditorías internas que incluyen medidas como las que te contamos a continuación:
Capacitación del personal sobre higiene
Uno de los errores más comunes en la limpieza de laboratorios es la falta de formación del personal. Un estudio de la OMS señala que el 25% de los establecimientos de salud carecen de servicios básicos de gestión de residuos, lo que refleja la imperiosa necesidad de contar no solo con los recursos necesarios para ello, sino también con una capacitación continua sobre protocolos de higiene.
En este sentido, instruir al equipo sobre la correcta manipulación de productos químicos, el uso de equipos de protección y los procedimientos de limpieza específicos es fundamental para minimizar riesgos y garantizar la efectividad del protocolo.
Supervisión mediante listas de verificación
Las listas de verificación ayudan a estandarizar y asegurar que cada paso del proceso de limpieza y desinfección se cumpla sin omisiones. Estas deben incluir detalles como:
- Las zonas a tratar.
- Los productos utilizados.
- La frecuencia con la que se realiza cada tarea.
La implementación de listas de comprobación mejora el cumplimiento de los procedimientos y facilita la trazabilidad en caso de inspecciones o auditorías internas.
Pruebas microbiológicas en superficies y equipos
Estas pruebas permiten detectar la presencia de bacterias, hongos o virus en áreas donde la limpieza podría no estar siendo completamente efectiva. Incluir esta práctica en las auditorías del laboratorio garantiza un monitoreo constante de la calidad del ambiente de trabajo.
En definitiva, un laboratorio limpio y seguro optimiza los procesos internos, previene contaminaciones y contribuye a la sostenibilidad y eficiencia operativa.