desinfeccion de envases de larga vida

La desinfección de los envases de larga vida es uno de esos procesos invisibles que sostienen la seguridad alimentaria desde el interior de la línea de producción. Antes de que un envase de cartón y polietileno multicapa toque una gota de leche, jugo o caldo, debe pasar por un tratamiento capaz de garantizar que no exista carga microbiológica viable.

Ahora bien, ¿cómo se realiza realmente ese tratamiento? ¿Las soluciones tradicionales siguen siendo la mejor opción? En este artículo vamos a revisar de forma clara y técnica cómo funciona la desinfección de envases de larga vida, cuáles son las limitaciones del método convencional y por qué alternativas más eficientes y sustentables están ganando espacio en la industria.

¿Qué son los envases de larga vida/asépticos?

Los envases de larga vida, como los ampliamente conocidos tipo  Tetra Pak o  SIG Combibloc , son sistemas de envasado diseñados para proteger alimentos líquidos y semilíquidos durante meses sin necesidad de refrigeración. Su estructura combina varias capas:

  1. Cartón para dar rigidez.
  2. Polímeros para sellado.
  3. Una lámina de aluminio que actúa como barrera contra la luz, el oxígeno y la humedad.

Esta arquitectura multicapa es la que permite mantener la estabilidad del producto y asegurar su vida útil prolongada.

El proceso aséptico en este tipo de envases funciona como una coreografía muy precisa: el envase se forma, se desinfecta y se llena en un ambiente controlado.

Según publicaciones especializadas en procesamiento de alimentos, esta combinación de esterilidad del envase, tratamiento térmico del alimento y ambiente controlado es lo que hace posible que productos como leche, bebidas vegetales, jugos o caldos lleguen al consumidor en condiciones óptimas y sin conservantes añadidos.

En este sentido, el envase no es solo un contenedor: es una barrera activa de protección. Si el proceso de desinfección falla, aunque sea mínimamente, el riesgo microbiológico se traslada al producto final. Esto puede derivar en contaminación, pérdida de lote, retiradas del mercado y afectación de la confianza del consumidor.

Por eso, el control de inocuidad en envases asépticos es uno de los eslabones más sensibles del proceso productivo. La calidad del tratamiento desinfectante, su estabilidad, su compatibilidad con los materiales y su impacto en la operación determinan la eficacia del sistema completo.

  

El proceso clásico de desinfección

En la mayoría de las líneas de envasado aséptico, el desinfectante estándar es el peróxido de hidrógeno al 35%. Se emplea porque es eficaz, relativamente económico y cumple con los requisitos microbiológicos que exige la industria alimentaria para envases de larga vida.

Dependiendo del modelo de máquina y del fabricante, el H₂O₂ se aplica por baño o por spray:

  • Baño: el envase pasa por una cubeta o túnel donde entra en contacto directo con la solución de peróxido.
  • Spray: el producto se pulveriza en el interior del envase mediante boquillas de alta precisión.

Después, el sistema incorpora una etapa de evaporación o secado térmico, necesaria para eliminar el exceso de peróxido y evitar residuos en el envase. En los Tetra Pak, esta etapa suele requerir temperaturas elevadas y un control muy fino de concentración, flujo de aire y tiempos de exposición.

Ventajas del peróxido al 35%

  • Tiene un amplio espectro antimicrobiano.
  • Es compatible con la mayoría de los materiales de envases multicapa.
  • Ha sido el estándar durante años, por lo que existen protocolos establecidos, normas claras y equipos optimizados para este uso.

Limitaciones y desafíos

A pesar de su eficacia, el uso intensivo de peróxido al 35 % trae aparejados varios retos operativos y ambientales:

  • Gestión de residuos: requiere etapas estrictas de evaporación y ventilación; cualquier remanente debe eliminarse según normativa, lo que incrementa consumo energético y manejo especial.
  • Impacto ambiental: la etapa de secado térmico demanda energía y genera emisiones indirectas; además, su alto volumen de empleo implica mayor huella química.
  • Seguridad y manipulación: al 35%, el H₂O₂ es corrosivo y requiere condiciones de almacenamiento controladas, EPP obligatorio y sistemas de dosificación de alta precisión.
  • Consumo de agua: en algunos diseños de línea, el enjuague o las purgas posteriores aumentan el uso de agua y la carga del sistema de efluentes.
  • Sensibilidad operativa: variaciones mínimas en concentración o temperatura pueden afectar la eficacia microbiológica, lo que obliga a un monitoreo continuo.

¿Existe una mejor solución?

Afortunadamente sí.

La necesidad de optimizar la operación y avanzar hacia métodos de desinfección más sostenibles nos llevó a desarrollar OXIBAC®-SILVER TP 20. Se trata de una alternativa formulada para reemplazar el uso tradicional de peróxido de hidrógeno en líneas de envases de larga vida y procesos asépticos.

Es un desinfectante de nueva generación desarrollado por PSQ Argentina S.A., basado en una tecnología oxidante estabilizada combinada con iones de plata, que potencia la eficacia microbiológica incluso a bajas concentraciones de uso. Esta combinación ofrece un mecanismo de acción rápido, estable y compatible con los materiales presentes en envases multicapa de cartón y polietileno.

¿Por qué es más sostenible y eficiente?

OXIBAC®-SILVER TP 20 aporta mejoras directas frente al proceso clásico con H₂O₂ al 35 %:

  • Funciona a menores concentraciones, lo que reduce consumo químico y simplifica el manejo.
  • Ofrece acción residual controlada, favoreciendo entornos más estables dentro de la línea.
  • Disminuye la necesidad de enjuagues intensivos, lo que reduce uso de agua y carga sobre sistemas de efluentes.
  • Su estabilidad permite un menor requerimiento energético, especialmente en etapas de secado y evaporación.

Además, el producto se integra sin dificultad en equipos de conformado y llenado aséptico, tanto en sistemas de baño como por spray. Su comportamiento estable facilita el control de parámetros críticos, mejora la reproducibilidad de los ciclos de desinfección y reduce variaciones que suelen presentarse con el peróxido al 35%.

Su compatibilidad con materiales multicapa evita deterioro o alteración de las superficies internas del envase.

Impacto ambiental y reducción de huella de carbono

Sumado a todo lo mencionado anteriormente, OXIBAC®-SILVER TP 20 genera mejoras ambientales claras:

  • Menos residuos químicos gracias a su baja concentración.
  • Reducción del agua de enjuague, lo que disminuye volumen y carga de efluentes.
  • Menor consumo energético por la reducción de etapas de secado intensivo.
  • Optimización del tratamiento de efluentes, al generar corrientes menos agresivas y de menor volumen.

Este conjunto de mejoras se traduce en una reducción real y medible de la huella de carbono del proceso de desinfección, un objetivo cada vez más relevante para la industria alimentaria y totalmente alineado con la estrategia de sostenibilidad y mejora continua que seguimos en PSQ Argentina.

Sí, el uso de peróxido al 35 % funcionó durante años, pero hoy la industria necesita procesos más simples, seguros y sostenibles. Y en este escenario, OXIBAC®-SILVER TP 20 ofrece una alternativa moderna que mantiene la eficacia microbiológica y reduce consumos, residuos y huella ambiental.

Si deseas asesoramiento o evaluar su implementación, nuestro equipo ya puede acompañarlo.